LA ACTIVIDAD
Acepta el reto, pincha en el video y haz la actividad interactiva respondiendo a las preguntas de nivel avanzado de español, C1-C2, y con corrección automática. De puta madre.
EL ARTISTA
Nació en Úbeda (Jaén) en 1949.Desde los catorce años escribía poemas y tocaba canciones. En 1968 abandonó los estudios en la Universidad de Granada y se exilió en Londres. Allí Sabina organizaba sesiones de cine con películas prohibidas en la España franquista, además de participar en montajes teatrales de izquierda, especialmente obras de Bertolt Brecht. En esa época, Sabina también maduró como artista musical, ya que se vio obligado a tocar canciones españolas y latinoamericanas tradicionales en restaurantes y bares de los alrededores de Portobello Road, un enclave hispano tradicional en la capital británica.
En 1977, con la muerte de Franco, Sabina regresó a España y se casó con la argentina Lucía, iniciando una agitada vida amorosa. En 1978, se instaló en Madrid con su esposa y lanzó su primer disco de canciones: Inventario. Tras su primer disco, Sabina se alejó del estereotipo de “compositor comprometido” y adoptó un estilo más roquero y contemporáneo. Discos como Malas Compañías y Ruleta Rusa lo consagraron como uno de los artistas de mayor éxito en España y en América de habla hispana.
LA CANCIÓN
“El último Vals” es la canción de despedida de los escenarios del veteranísimo artista. Es una obra cargada de melancolía y reflexión sobre el paso del tiempo y la inevitabilidad de la muerte. Sabina, conocido por su habilidad para mezclar poesía y música, utiliza esta canción para explorar temas de decadencia personal y profesional, mientras mantiene un tono de despedida. La letra está llena de imágenes vívidas que evocan un sentido de pérdida y nostalgia. A través de metáforas como “cinturón negro en pesimismo” y “prefiero ser Don Nadie a ser Don Juan”, Sabina revela su lucha interna con la identidad y el reconocimiento, prefiriendo la humildad y el anonimato a la fama y el éxito superficial.
La canción es un recordatorio de la fragilidad de la vida y la importancia de las relaciones significativas, incluso cuando todo lo demás se desvanece. La obra de Sabina, con su estilo característico de cantautor, sigue resonando por su honestidad y profundidad emocional.
EL VIDEO
El video está dirigido por Fernando León de Aranoa, muestra al autor de ’19 días y 500 noches’ en la barra de un pub decadente, apurando un whisky a solas. Entonces van entrando poco a poco, y a modo de homenaje, como si fuera un funeral por adelantado, una pléyade de amigotes para tomarse una última copa con el protagonista. Primero aparece Leiva, luego Joan Manuel Serrat, y así van entrando Ricardo Darín, Benjamín Prado, José Tomás, Andrés Calamaro, Luis García-Montero, Ariel Rot, Jorge Drexler, Alejo Stivel, Juan Gabriel Vásquez. También su pareja Jimena Coronado, y las hijas del cantante, Carmela y Rocío. Aunque sin duda el momento más emotivo es cuando el jienense brinda en la distancia con el difunto Javier Krahe, con quien Sabina empezó a labrarse un nombre con La Mandrágora.
“Si este va a ser, como él dice, el último videoclip de Joaquín Sabina, su último vals, no quedaba otra que salir a bailar con él. La canción tiene mucho de inventario, de despedida, de confesión. Nada más cinematográfico que hacérsela a un barman, a esa hora en que los bares a punto están de cerrar” explicaba León de Aranoa sobre cómo se hizo el vídeo.